viernes, 8 de marzo de 2013

MARMITAKO




Abril 2009

INGREDIENTES (4 personas) 

1Kg de patatas
1 Kg de bonito
1 pimiento verde
1 zanahoria
1 cebolla
6 dientes de ajo
1 latita pequeña de tomate
1 vaso de fino de Jerez
1 hoja de laurel
En realidad, lo que en el País Vasco se llama Marmitako, es una simple olla de pescado que Asturias de llama Cazuela, Marmita o Caldereta de bonito, Calderada de Luanco o Caldereta de Candás (Candás y Luanco son dos puertines preciosos colindantes, pero que se llevan a matar, y si uno prepara unas jornadas del marisco, el otro se las copia y son de sardinas, pues lo mismo).

Antaño se hacían con nabos o con castañas, ya que las patatas no llegaron hasta el siglo XIX, y eran el rancho habitual en los barcos de pesca, usando aquel pez de escaso valor que hubiese salido antes de comer, con lo que el sabor resulta glorioso.
 
En realidad la recetas es una tontería, pero es imprescindible contar con buena materia prima. En estas tierras marineras el pescado no es problema, de hecho ya no lo es en toda España, pero las patatas ¡Ay las patatas!

La receta. 
En la misma olla en que vamos a preparar el guiso, echamos un buen chorro de aceite y sofreímos las hortalizas que habremos picado previamente (no hace falta picarlas demasiado fino, basta hacerlo a lo bestia, como se cocina en el barco, cortando todo con una navajilla).
Cuando empiece a coger color, añadimos el vino, damos un hervor para que se evapore el alcohol y vertemos el tomate. Se rehoga un poco y se ponen las patatas, peladas y cortadas en cachelos. El verbo "escachar" existe en castellano y significa hacer cachos, o sea, cachelos. Consiste en clavar un trozo del cuchillo en la pulpa de patata (previamente pelada y lavada), y luego hacer que esta cruja y desgaje un trozo, del tamaño que gusten.
Esto, que parece un capricho, es un truco que pocas veces se explica y que cambia por completo el aspecto y la textura del plato, porque la patata suelta mejor el almidón y liga más el caldito.
Una vez puestas las patatas, se cubre con abundante agua, contando con que todavía falta el pescado.
Debe cocer unos diez o quince minutos, hasta que veamos que al pincharlas están tiernas.
Entonces ponemos el pescado, limpio de piel y espinas y troceado también en plan basto y, casi con el calor residual ya está listo. Si acaso esperamos a que vuelva a romper a hervir, porque todo este plato se hace con fuego fuerte, a lo bestia, que es como se cocina en la mar.
Si lo dejamos reposar sabrá mejor, pero también se puede comer al momento

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